La Cooperativa Líber Seregni, integrada por 29 familias, volvió a manifestar su preocupación por las demoras administrativas que impiden el inicio de su proyecto habitacional en Guichón. Se trata del futuro primer edificio en altura de la ciudad, un desarrollo considerado clave tanto por su impacto social como por su carácter innovador en la zona.
La construcción está planificada sobre el padrón 355, ubicado frente a la Escuela N.º 5, donde se proyectan 29 apartamentos —20 de dos dormitorios y 9 de tres— además de 11 cocheras. El edificio contará con planta baja, cuatro pisos y ascensor, y su obra está estimada en un plazo de 30 meses. Todo está listo para comenzar, pero el avance está frenado por el pendiente traspaso del terreno desde ANEP al Ministerio de Vivienda, trámite que requiere una firma presidencial para quedar oficializado.
El vicepresidente de la cooperativa, Alexis Batista, explicó que el trámite lleva más de dos años detenido y que, pese a haber cumplido todos los pasos técnicos y administrativos, el proyecto continúa estancado. Según señaló, la cooperativa descubrió recientemente que el terreno aún no figuraba a su nombre al momento de ser otorgado el préstamo, lo que impide iniciar las obras. “Lo único que falta es la firma del presidente; al otro día arrancamos con la obra”, aseguró. La incertidumbre ha generado desgaste entre las familias, e incluso algunos socios se han dado de baja ante la prolongada espera.
La cooperativa, fundada en 2017 y asesorada técnicamente por el Centro Cooperativista Uruguayo, sostiene que su reclamo no responde a una petición extraordinaria, sino al ejercicio del derecho a la vivienda. Desde FUCVAM también se insiste en la necesidad de destrabar el proceso, recordando que muchas de las integrantes son mujeres jefas de hogar con un promedio de edad cercano a los 30 años, lo que confiere al proyecto un fuerte carácter social.
Este edificio en altura representa un salto urbano para Guichón y una señal del potencial del cooperativismo de vivienda en localidades del interior. Pero las demoras burocráticas que afectan a este tipo de iniciativas no son exclusivas del caso: diversas organizaciones han advertido sobre el impacto negativo que los trámites prolongados tienen en proyectos ya sorteados, financiados y listos para ejecutar.
En las últimas semanas se han retomado contactos entre la cooperativa, legisladores y autoridades del Ministerio de Vivienda con el objetivo de destrabar la situación. Las familias, que cuentan con la financiación asegurada y toda la documentación técnica aprobada, mantienen la esperanza de que el trámite finalmente se resuelva. Para ellas, la firma pendiente no solo habilitará el comienzo de la obra: también será el reconocimiento institucional a un esfuerzo comunitario sostenido durante años y que busca transformar no solo su realidad habitacional, sino también el paisaje urbano de Guichón.
