Nayib Bukele lanza el CECOC: prisión exclusiva para corruptos

Bukele lanza ofensiva contra la corrupción con una mega cárcel exclusiva para políticos.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció la creación del CECOC, una prisión de máxima seguridad destinada a funcionarios corruptos, incluyendo ministros, alcaldes y diputados. Ya hay detenciones dentro de su propio gobierno.

Después de tomar medidas contundentes contra las pandillas con la construcción del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), Nayib Bukele ha iniciado una nueva ofensiva, esta vez dirigida a otro de los males históricos del país: la corrupción política. La nueva apuesta del presidente salvadoreño es el Centro de Confinamiento de la Corrupción (CECOC), una megacárcel especialmente diseñada para albergar a funcionarios que hayan robado fondos públicos.

“No habrá excepciones, aunque sean de mi gobierno”, advirtió Bukele al anunciar el proyecto. En efecto, altos funcionarios ya han sido arrestados, incluyendo a la alcaldesa de Soyapango y otros exintegrantes del Ejecutivo, quienes ahora enfrentan cargos judiciales por malversación de recursos estatales.

Por décadas, El Salvador ha sido testigo de cómo los beneficios del poder enriquecían a una élite política, mientras gran parte de la población sobrevivía en condiciones precarias. Con el CECOC, el gobierno busca poner fin a esa impunidad y enviar un mensaje claro: el dinero del pueblo es intocable.

Para Bukele, esta nueva cárcel no solo es un lugar físico, sino un símbolo de justicia. Así como el CECOT representó la derrota del crimen organizado, el CECOC busca marcar un antes y un después en la lucha contra la corrupción institucional.

“Yo quiero ser recordado como el presidente que no robó, y que no dejó que nadie robara”, aseguró. Su discurso, cargado de determinación, resuena con fuerza en una región históricamente marcada por la desconfianza hacia sus gobernantes.

Mientras algunos critican la dureza del enfoque, otros lo ven como una oportunidad de redención para un país que durante años sufrió la indiferencia del poder. La corrupción, afirma Bukele, también puede ser encerrada. Y esta vez, la celda está lista.