En los últimos años, el auge de los "finfluencers" ha transformado las redes sociales, sumándose a fenómenos como las "trad wives", los "family vloggers" y las cuentas de podcasts sobre masculinidad y feminidad tradicional. Estas figuras digitales crean contenido sobre finanzas, inversión y economía, con fines que pueden ir desde la educación hasta la promoción de productos financieros con intereses comerciales.
A diferencia de otros influencers, los finfluencers no solo influyen en el estilo de vida de sus seguidores, sino también en sus decisiones económicas. Según un estudio del CFA Institute, la mitad de la generación Z en Estados Unidos y Canadá adquiere conocimientos financieros a través de redes sociales. Además, el 37% de los jóvenes estadounidenses que invierten cita a estos creadores como un factor clave para iniciarse en la inversión, porcentaje que aumenta al 51% en China.
El impacto de la digitalización en las inversiones
El crecimiento de los finfluencers ha coincidido con la proliferación de aplicaciones como Robinhood o WealthFront, que facilitan la compra y venta de acciones. Esto ha permitido que la generación Z empiece a invertir a edades más tempranas. Según el estudio Schwab Modern Wealth de 2024, los jóvenes de esta generación ingresaron al mundo de las inversiones con un promedio de 19 años, mientras que los millennials lo hicieron a los 25. En Estados Unidos, más de la mitad de la generación Z (56%) invierte activamente.
¿Quiénes son los finfluencers?
Bajo esta etiqueta se agrupan diversos perfiles de creadores en plataformas como TikTok, YouTube, Instagram y X. Se presentan como expertos en finanzas y buscan democratizar el acceso al conocimiento financiero. En TikTok e Instagram predomina el contenido educativo, que abarca desde conceptos básicos como la diversificación o el interés compuesto hasta estrategias de inversión a largo plazo. En YouTube, en cambio, es frecuente encontrar contenido promocional, con recomendaciones de inversión que en muchos casos están patrocinadas. De hecho, el 76% del contenido promocional pagado en este ámbito proviene de YouTube, según el CFA Institute.
Diferenciando información y manipulación
No todos los finfluencers ofrecen consejos fiables. Algunos, como Vivian Tu (@YourRichBFF), con más de tres millones de seguidores, se centran en la educación financiera y aconsejan acudir a profesionales para recibir asesoría personalizada. Otros, en cambio, promueven inversiones de alto riesgo y venden cursos con la promesa de riqueza rápida.
El número de seguidores suele ser percibido como un indicador de confiabilidad, lo que algunos aprovechan para exhibir estilos de vida lujosos con autos y mansiones alquiladas. Aunque muchos incluyen advertencias legales indicando que su contenido no constituye asesoría financiera, en 2023 el 53% de las pérdidas por estafas en redes sociales estuvieron relacionadas con inversiones, según la Comisión Federal de Comercio de EE.UU.
El problema del analfabetismo financiero
La popularidad de los finfluencers responde a la escasa educación financiera en la población. Una encuesta de octubre de 2024 de la firma DEGIRO reveló que solo el 17% de los inversores españoles recibió formación sobre inversiones en su infancia o adolescencia. Esto resulta preocupante, dado que los jóvenes de la generación Z comienzan a invertir en la adolescencia.
Además, la generación Z tiende a asumir más riesgos financieros. Según FINRA, estos inversores tienen menor conocimiento financiero y expectativas económicas poco realistas. Un estudio citado por Forbes reveló que los jóvenes creen que un ingreso anual de 587.797 dólares es suficiente para vivir cómodamente, muy por encima de los 180.000 dólares que estiman los millennials.
Regulación y medidas de control
A diferencia de los asesores financieros profesionales, los finfluencers no siempre están regulados. En España, los asesores requieren un título de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pero los creadores de contenido financiero no están sujetos a las mismas normativas, especialmente si operan desde otros países.
Para combatir posibles fraudes, plataformas como TikTok han implementado iniciativas como "#FactCheckYourFeed", destinada a detectar desinformación financiera. Sin embargo, estas medidas no han erradicado las prácticas engañosas. En 2024, el presidente argentino Javier Milei protagonizó un escándalo al promocionar la criptomoneda $LIBRA en su cuenta de X, lo que llevó a una subida del 1.300% en su valor antes de desplomarse. Casos similares han ocurrido con otras criptomonedas, como $HAWK, que pasó de valer 490 millones de dólares a perder el 90% de su valor en poco tiempo.
Las autoridades están tomando medidas. En 2025, la CNMV en España impondrá multas de hasta 500.000 euros a finfluencers que incurran en abuso de mercado. En EE.UU., la Comisión de Bolsa y Valores ha sancionado a figuras como Kim Kardashian por no revelar pagos recibidos por promocionar criptomonedas. En Nueva Zelanda y Australia, los reguladores han impuesto sanciones más estrictas, incluyendo penas de prisión para quienes infrinjan las normativas financieras.
A pesar de estas regulaciones, el desafío sigue siendo la falta de educación financiera. Mientras persistan el desconocimiento y las expectativas poco realistas, los consejos de los finfluencers seguirán teniendo un gran impacto, lo que hace esencial que los usuarios sean críticos y precavidos antes de seguir cualquier recomendación de inversión en redes sociales.