Uruguay avanza en un nuevo modelo integral de atención a infancias y adolescencias víctimas de violencia.
El Estado uruguayo trabaja en la creación de un modelo nacional de atención destinado a niñas, niños y adolescentes que han sido víctimas de distintas formas de violencia. La propuesta busca fortalecer la respuesta institucional, garantizar una intervención más rápida y efectiva, y asegurar un acompañamiento integral que contemple los aspectos psicológicos, sociales, educativos y familiares de cada caso.
La iniciativa surge de la necesidad de superar las limitaciones del sistema actual, que presenta una fragmentación significativa entre las instituciones que intervienen. En muchos casos, la falta de coordinación entre los servicios sociales, sanitarios, educativos y judiciales provoca demoras en la atención, duplicación de esfuerzos o dificultades para el seguimiento posterior de las víctimas. Por eso, el nuevo modelo se plantea como una herramienta para unificar criterios, mejorar la comunicación entre organismos y ofrecer una ruta de atención clara, accesible y sostenida en el tiempo.
Entre los objetivos centrales se destaca la creación de mecanismos coordinados entre el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, la Administración Nacional de Educación Pública, la Administración de Servicios de Salud del Estado y otros organismos vinculados a la protección de derechos. Se busca que la respuesta ante un caso de violencia sea integral y articulada, evitando que las víctimas deban recorrer distintos servicios sin recibir una solución efectiva. Además, el proyecto contempla la formación y especialización continua de los equipos técnicos, para que cuenten con herramientas adecuadas ante situaciones de vulneración grave.
El nuevo esquema incluirá diferentes etapas de actuación, desde la detección temprana de los hechos de violencia hasta la intervención inmediata, la atención especializada y la reparación del daño. Este proceso será acompañado por una estrategia de seguimiento que garantice la continuidad de los cuidados, incluso después de que se haya resuelto la emergencia inicial. Uno de los aspectos más relevantes del diseño es su enfoque territorial: se busca asegurar la presencia de servicios en todo el país, priorizando aquellas zonas del interior donde actualmente existen mayores carencias institucionales.
Asimismo, el proyecto se apoya en un enfoque de derechos humanos, colocando a las infancias y adolescencias como protagonistas de las decisiones que afectan su vida. Se pretende que el modelo no se limite a una respuesta asistencial, sino que promueva la participación activa de los niños, niñas y adolescentes, así como de sus familias, en el proceso de atención y recuperación. Esto implica escuchar sus voces, respetar su tiempo emocional y construir soluciones que se adapten a cada realidad particular.
Las autoridades señalan que la implementación será gradual y acompañada de un proceso de evaluación constante. En una primera etapa se realizarán experiencias piloto en distintos territorios, con el objetivo de medir resultados, identificar fortalezas y realizar los ajustes necesarios antes de su aplicación a escala nacional. De esta manera, Uruguay busca consolidar una política pública sólida, moderna y sensible, que pueda responder de forma efectiva a las complejas dinámicas de la violencia infantil y adolescente.
Con este nuevo modelo, el país apunta a garantizar que toda niña, niño o adolescente víctima de violencia reciba atención inmediata, especializada y humana. Más allá de los aspectos técnicos o administrativos, la propuesta busca construir una respuesta estatal que priorice la protección, la reparación y la dignidad de quienes atraviesan estas situaciones, reafirmando el compromiso del Estado uruguayo con los derechos de la infancia y la adolescencia.
