Incorporación gratuita de vacunas antimeningocócicas en Uruguay busca reducir desigualdades en salud.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció la inclusión de dos vacunas antimeningocócicas en el esquema nacional de vacunación de forma gratuita a partir de fines de julio, adelantando su implementación prevista inicialmente para el tercer trimestre de 2025. La medida, respaldada por el Ministerio de Economía y Finanzas y avalada por la Comisión Nacional Asesora de Vacunas, representa un avance importante en la equidad del sistema sanitario, al facilitar el acceso a una protección vital para toda la población infantil, sin importar su nivel socioeconómico.
La ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, destacó que esta decisión constituye “una muy buena noticia para la ciudadanía”, ya que permite revertir una situación de desigualdad que afectaba principalmente a los sectores más vulnerables. Hasta ahora, las vacunas estaban disponibles únicamente en el ámbito privado y su costo oscilaba entre 8.000 y 16.000 pesos, lo que limitaba su acceso a las familias con mayor poder adquisitivo. Se estima que solo entre un 16 y un 20 % de los usuarios de prestadores privados las recibían, mientras que en el sector público, específicamente en ASSE, solo el 0,16 % de la población objetivo estaba cubierta.
Según Lustemberg, el acceso desigual a estas vacunas era una muestra de “una barrera económica inaceptable en materia de salud pública”. Agregó que su incorporación al calendario oficial supone una inversión estatal significativa, estimada en 2 millones de dólares para el año 2025 y 10 millones para 2026.
Vacunas para prevenir una enfermedad grave
La titular del MSP, pediatra de profesión, subrayó la importancia de estas vacunas como herramienta para prevenir enfermedades graves causadas por la bacteria Neisseria meningitidis, conocida comúnmente como meningococo. Esta bacteria puede provocar cuadros como meningitis y meningococcemia, con síntomas severos como fiebre, dolor de cabeza, vómitos y manchas violáceas en la piel. En los casos más graves, la enfermedad puede derivar en la muerte o en secuelas permanentes, como amputaciones o pérdida de funciones sensoriales.
De cada 100 personas que contraen una infección meningocócica, al menos 10 fallecen y una de cada cinco queda con consecuencias a largo plazo. “Estas son enfermedades inmunoprevenibles, lo que significa que pueden evitarse mediante la vacunación”, enfatizó la ministra. En lo que va del año 2025, se registraron 12 casos graves de meningococo en Uruguay, la mayoría en menores de edad, con un fallecimiento confirmado.
¿Quiénes recibirán la vacuna?
El plan nacional de inmunización contempla dos franjas prioritarias para la administración gratuita de estas vacunas:
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Niños menores de 2 años: recibirán dos dosis, una contra el serogrupo B del meningococo y otra contra los serogrupos ACWXY.
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Adolescentes de entre 11 y 12 años: recibirán la vacuna contra los serogrupos ACWXY.
Las autoridades sanitarias informaron que la aplicación se realizará tanto en centros públicos como privados de vacunación, y que próximamente se confirmará la fecha exacta de inicio del operativo a nivel nacional.
Además, se espera que la vacunación en estos grupos genere un efecto rebaño, es decir, una disminución general de la circulación de la bacteria en la población, lo que beneficia indirectamente a quienes no están incluidos en las franjas de vacunación directa.
Vigilancia epidemiológica y enfermedades asociadas
El MSP mantiene una vigilancia activa de los casos de meningococo, ya que se trata de una enfermedad de notificación obligatoria. Ante cualquier sospecha, los equipos sanitarios realizan seguimiento diario para contener posibles brotes y evitar su propagación. Además de la meningitis y la meningococcemia, esta bacteria puede desencadenar otras afecciones menos comunes como artritis, neumonía, pericarditis, endocarditis y conjuntivitis.
Una política de salud con impacto social
La inclusión de estas vacunas representa no solo un avance en términos médicos, sino también una política pública con fuerte impacto social. Según Lustemberg, “el acceso gratuito universal es una herramienta concreta para corregir inequidades” y constituye una muestra de voluntad política basada en criterios técnicos y científicos. La medida ha sido bien recibida por especialistas y organizaciones vinculadas a la salud infantil, que ven en esta acción una protección efectiva para las poblaciones más vulnerables del país.